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Dentro del mundo de las inversiones existen 2 estilos de inversión: Inversión Pasiva e Inversión Activa.
La Inversión Activa se refiere al estilo de inversión donde compras y vendes activos actuando como administrador de la cartera y tratando de aprovechar la volatilidad y las ineficiencias de información del mercado (estás últimas que cada vez son menos). En este estilo, el administrador determina el momento óptimo de entrar y de salir de un activo. Sobra decir que este estilo de inversión requiere tiempo y experiencia, pues hay que monitorear el mercado de cerca para acertar más que errar.
El estilo de inversión pasiva se enfoca en realizar compras de valor y en mantenerlas en el mediano y largo plazo. Dentro de esta estrategia se encuentra la compra de Índices, que son espejos de un portafolio diversificado y que por su propia composición minimizan el Riesgo. El SP500, el Nasdaq, IEX35 o el Valkirie Bitcoin Miners ETF, son ejemplos de índices. En la inversión pasiva también se evalúan y compran acciones de compañías que por sus estados financieros y proyecciones de crecimiento se determina que se encuentran subvaloradas por el mercado. En el estilo pasivo se suelen realizar menos compras y ventas que en la inversión activa y esto minimiza el pago de comisiones. Este estilo también se conoce como Value Investing, y uno de sus mayores exponentes es el fondo Berkshire Hathaway de Warren Buffet.
En el tiempo, y esto leáse como Largo plazo, se ha evidenciado como los fondos con estrategia pasiva han obtenido mayores rendimientos que los fondos de inversión activa o Hedge Funds.
Ambas formas de invertir son totalmente válidas, se trata de detectar cual es la que nos viene bien según nuestro perfil de riesgo y nuestra disposición y tiempo para seguir el mercado, así como el horizonte de tiempo en el cual esperamos obtener los rendimientos.